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Un clásico vital entre Barcelona y Real Madrid para la suerte de la Liga y el rumbo del club azulgrana

El clásico llega inflamado al Camp Nou (21.00 horas, Movistar). Aunque las versiones varían cada edición en función del momento de forma de cada equipo y de la situación institucional de los clubes, el Barça-Madrid se mantiene vigente como espectáculo de máximo interés, símbolo de la rivalidad, hoy concentrada en el estadio del Barcelona. El partido se anuncia tan interesante como tenso porque decidirá de alguna manera la duración de la Liga y también porque el contencioso histórico que ambos mantienen se ha alimentado de una polémica arbitral que ha alcanzado un momento cumbre con el caso Negreira. El clásico se juega hoy en el palco, en el campo, en la red, en la televisión, lo impregna todo, incluso la camiseta azulgrana, que lucirá el logotipo del álbum Motomami de Rosalía después de que el protagonista en el Bernabéu fuera Drake en virtud del acuerdo barcelonista con Spotify.
La gent blaugrana aspira a celebrar un acto de afirmación que pasa por ganar el partido, y el equipo ponga rumbo decidido hacia el título, y también por sostener al club en un momento de extrema debilidad después de que los últimos cuatro presidentes pagaran hasta 7,3 millones al vicepresidente del Comité Técnico Arbitral. La causa ha movilizado al fútbol español y europeo —la Liga, Federación, UEFA, el CSD, los clubes y, por supuesto, al Madrid, que se ha personado como acusación particular—, la mejor manera de responder a la presión social y de estar al corriente de los trapicheos con Negreira. La decisión ha sido mal recibida en el Camp Nou —”ahora ya están todos”, respondió el Barça— después de que las dos entidades lideren el proyecto de la Superliga en oposición a la Liga que preside Javier Tebas. “No solo nos defenderemos, atacaremos”, ha respondido Joan Laporta, que se ofrece como zaguero y delantero, garantía única del Barça.
Las relaciones de Laporta con Florentino Pérez, el presidente del Madrid, han sido habitualmente fluidas, sobre todo en periodo electoral, desde que coincidieron en 2003. A pesar de que ya tenía cerrado el fichaje de David Beckham, el mandatario madridista no desmintió al candidato azulgrana cuando anunció un acuerdo por el jugador con el Manchester United. Florentino también felicitó a Lluís Carrasco por la pancarta —”Ganas de volver a veros”— colgada en el Bernabéu en los comicios azulgrana de 2021 ganados por Laporta. Y el presidente azulgrana descartó el acuerdo con CVC que le proponía la Liga y podía asegurar la continuidad de Leo Messi para activar las palancas y el Espai Barça con algún fondo de inversión como Sixth Street y JP Morgan que no es ajeno al Bernabéu. También desaparecieron para satisfación azulgrana los avales de garantía exigidos en clubes que no son sociedades anónimas deportivas como el Madrid y el Barcelona.
Quedan 13 jornadas
Los intereses comunes no han rebajado un contencioso visible desde que Florentino fichó a Luis Figo y a José Mourinho. Los partidos que han tenido una mayor carga ambiental en el Camp Nou fueron aquellos que disputó el Madrid con el jugador portugués (octubre 2000 y noviembre 2002) y con el técnico (2008-2012) que en su día estuvieron vinculados al Barça. La tensión de entonces desapareció y las relaciones de las directivas son cordiales por más que se mantengan aparentemente distantes y se eviten las comidas que se organizaban en cada clásico, ya fuera en Barcelona o Madrid. Aunque ambos se necesitan, el club azulgrana depende ahora más del Madrid.
No se ha rebajado en cambio el contencioso en la grada ni en la cancha y para hoy se aguarda una fuerte carga ambiental en el Camp Nou. El barcelonismo se ha hecho fuerte en casa y la comunión de la hinchada con el equipo está por encima del juego y de Negreira. A pesar de las limitaciones, ausentes todavía Pedri y Dembélé, el Barça ha sorprendido al Madrid en la Liga y en la ida de las semifinales de la Copa. A falta de 13 jornadas, los azulgrana distancian en nueve puntos a los madridistas a pesar de que contaban tres puntos menos cuando perdieron en el Bernabéu. El remonte se ha sustentado en una excelente defensa que solo ha concedido ocho goles y uno de penalti en el Camp Nou. El Barça cuenta los partidos en su feudo por victorias, a excepción de los empates con el Espanyol (1-1) y el Rayo (0-0), y suma 19 partidos sin encajar un gol (21 con los dos de Copa).
A partir del 1-0, nueve veces repetido en la Liga —”también se ganó por 1-0 en Wembley 92 y nadie dijo nada”, se defendió Xavi; “una cosa es el resultado y otra el estilo”—, los azulgrana son más firmes que el Madrid. El equipo blanco, sin embargo, recuperó las buenas sensaciones después de sus cinco goles en Anfield y Ancelotti volvió a bromear: “Igual pongo a Vinicius en la derecha”, una manera de evitar la marca de Araujo, el central que solo ha permitido dos regates al brasileño que enciende la Liga. El Madrid mejoró su juego y la estadística le permite ser optimista de cara a un partido que necesita ganar para mantener sus aspiraciones: sólo ha perdido uno de los últimos nueve partidos en el Camp Nou y ha cantado tres victorias y un empate en las cuatro últimas salidas (tres de Liga y una de Copa).
“Saldremos ofensivos”, anunció Ancelotti, mientras Xavi respondía que nadie logrará desestabilizarlos antes del cuarto partido de la serie (el Madrid ganó el de Liga y el Barça el de la Supercopa y el de Copa). La victoria parece también irrenunciable para el Barça: el club necesita del equipo y el equipo de la afición para aguantar la tormenta Negreira. Así que tot el camp serà un clam en el clásico vital para la Liga.
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So presiona a Nakamura

Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de ‘Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas’. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).
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Marc Márquez, protagonista en el GP de Portugal: accidente, lesión y sanción

Marc Márquez fue el gran protagonista en el estreno del Mundial de MotoGP de 2023 en el GP de Portugal. Su intenso fin de semana tuvo la cara el sábado y la cruz el domingo. La revolución con su pole y podio en el sprint inaugural se convirtió en una pasada de revoluciones el domingo cuando embistió a Miguel Oliveira en la tercera vuelta de la carrera. En la acción, también fastidió la jornada de Jorge Martín, cuando los tres luchaban por las posiciones de podio detrás de la referencia del líder, un Pecco Bagnaia que se impuso con autoridad.
En la tercera curva del circuito, el octocampeón del mundo se llevó por delante a Oliveira, el ídolo local, cuando este marchaba segundo. Según Alberto Puig, director deportivo del Repsol Honda, el piloto bloqueó la rueda delantera y no pudo controlar su montura en la acción. “Ha salido con el neumático duro delante. No estaba a temperatura, ha frenado y ha bloqueado. Al soltar el freno, con la inercia, la moto ha salido disparada y no ha podido evitar la colisión”, comentó a los micrófonos de DAZN. “Esto puede pasar. La pena es que hay otro piloto involucrado y nos queremos disculpar ante Aprilia y Oliveira”.
Tras el incidente, el luso quedó tendido al margen de la pista, visiblemente dolido, si bien las primeras pruebas médicas en el circuito descartaron alguna lesión. En la acción, el de Honda también golpeó a Martín, que tras el susto cayó de la tercera a la decimoquinta plaza y luego se fue al suelo a cinco vueltas del final. Tras la carrera, Ducati informó que el madrileño se fracturó un dedo del pie derecho tras la colisión lateral con el catalán.
Márquez fue quien se llevó, sin embargo, la peor parte, con una posible fractura del primer metacarpiano del pulgar derecho que requerirá más pruebas diagnósticas de confirmación este lunes en la clínica Dexeus de Barcelona. “Hay una posible fractura en el primer metacarpiano de la mano derecha”, comentó el responsable médico del Mundial, el doctor Ángel Charte, a las puertas de la clínica del circuito. “Hay que valorarlo con mayor profundidad, pero es posible que haya una fractura en el pulgar”, confirmó Puig.
Una hora y media después del término de la prueba, los comisarios anunciaron una sanción de dos vueltas largas -una sanción que consiste en desviarse de la trazada habitual en una zona delimitada para ello que varía en cada circuito y que acarrea la pérdida de unos dos segundos sobre una vuelta normal aproximadamente- a servir en el GP de Argentina, que se disputa el próximo fin de semana en Termas del Río Hondo.
Una posibilidad no descartada todavía es que Márquez, dependiendo del alcance de las dolencias, no pueda participar en la siguiente prueba mundialista, justo ahora que dejaba atrás dos años y medio de auténtico calvario por sus problemas persistentes en el húmero derecho. Ya duchado y cambiado, cabizbajo y un pelín cojo tras el topetazo, Marc se acercó al box de Aprilia para pedir perdón al equipo del portugués y luego al público, que no le perdonó la acción y le silbó sonoramente desde las gradas de Portimão.
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Roglic aguanta las embestidas de Evenepoel en Montjuïc y se proclama campeón de la Volta

Una sombra, una lapa, un sabio. Aunque ha sufrido de lo lindo para aguantar las reiterativas arrancadas de Remco Evenepoel, de fuego y orgullo, también de hambre y de pundonor, a Primoz Roglic le bastaron dos momentos, dos sprints finales, para coronarse en la Volta. Uno en la primera etapa, repecho final en subida y triunfo de etapa; y otro en Lo Port, donde el ácido láctico, la gallardía y la bravura le pasaron factura al belga, pues cogió una pájara de 50 metros, el peor de los castigos. No fue, sin embargo, el único error de Remco, pues en La Molina, henchido de felicidad por descoser a Roglic en los metros finales, levantó el acelerador y los brazos para paladear el festejo. Perdió uno o dos segundos, lo suficiente para no ponerse líder; lo exigido para tener que seguir siendo el que corría para atacar y no para defender. Condición que ha aceptado y dignificado el belga porque lo ha intentado en todas las etapas y hasta el final. Tanto fue así que Roglic, señorial, no le disputó el último sprint en Montjuïc. Pasó justo detrás, pegadito a él, lo acostumbrado. Y lo que necesitaba para ganar esta magnética y deliciosa batalla de gigantes en la que la experiencia pudo con la bisoñez.
De buena mañana, Evenepoel apareció por el control de firmas con una sonrisa de oreja a oreja, saludos por doquier y charlas animadas con los compañeros. Pero cuando le acercaron un micro cambió de tercio, mirada y expresión, gazuza del aspirante, aunque ya ganador de una Vuelta y de un Mundial. “Es muy difícil, pero voy a atacar”, resolvía con determinación y sin margen a la duda. Minutos más tarde compareció junto a su equipo Roglic, sonrisa tímida y poco dado a la expresividad, acaso un levantar del pulgar para subrayar que lo suyo se explica sobre la bicicleta. Pero hizo mutis por el foro cuando le tocaba pasar por la zona de medios, directo al sillín y a la primera fila de la línea de salida. Allí se encontró con Remco. Saludo, buenas palabras y deportividad, pues lo que pasa en la carretera se queda en la carretera, como ocurriera en la etapa anterior, cuando el belga le recriminaba con aspavientos que le diera relevos para disputarse la etapa entre los dos y el esloveno, impertérrito, le seguía la sombra porque no había razón para que se expusiera. “La jornada anterior fue la más dura de la Volta por el ritmo y los esfuerzos, pero este domingo será lo mismo”, reconocía Sepp Kuss, el gregario de oro de Roglic; “Evenepoel atacará y esperemos que Primoz pueda aguantar”. Desde Jumbo-Visma, en cualquier caso, lo tenían claro: “Roglic ha dormido bien, está tranquilo y sabe lo que tiene que hacer”. También Evenepoel y Quick-Step. Pero no les alcanzó.
Aunque nueve ciclistas lograron abrir brecha para fraguar la fuga, entre ellos un Carapaz que sigue con su puesta a punto, Quick-Step se puso el mono de trabajo desde la raíz de la etapa, ¡qué dura Volta la suya porque no hubo un día de asueto! Quería el conjunto de Evenepoel que todo se redujera a las mismas seis ascensiones de Montjuïc de 2,5 kilómetros con pendientes máximas del 19%. Castigo para las piernas de los corredores y jauja, espectáculo y locura para la afición. Tardó poco el brío de Quick-Step en erosionar al pelotón, que con el paso de las baldosas se deshilachaba sin remisión, serpiente de color de a uno porque el ritmo, frenético, diabólico, no permitía otra cosa. La estrategia era clara. Remco pedía por el pinganillo energía y velocidad, al tiempo que resguardaba a Van Wilder para que tirara en los momentos finales antes de su ataque. Por lo que uno a uno, ascensión a ascensión, los Quick-Step tiraban y endurecían la etapa, hasta que, desfondados, se tiraban a un lado para dar paso al siguiente. Hasta que a falta de 30 kilómetros, Evenepoel lanzó su órdago, una nueva arrancada que reventó la carrera.
Solo Roglic pudo salirle al paso, también un Marc Soler que aguantó cuanto pudo, lo que las piernas le duraron. “He podido responder al ataque, pero luego rodaban muy rápido y me ha pasado factura”, aceptó el catalán; “estoy muerto”. Pero de eso, de defunciones, no entienden Roglic ni Evenepoel, que puso el piloto automático y hasta donde los pedales le llevaran. Sí que pidió, una vez más, día de la marmota para él, relevo a un Primoz que se hizo el longuis hasta las bajadas, cuando, pillo porque es un terreno que domina, asumía ser la liebre para, de paso, no meterse en enredos en forma de caída. Quedó claro que Evenepoel no podía despegarse de Roglic, que el esloveno se le había anudado hasta el fin del mundo y más allá. Y sí que ha sido una semana de erosión y espectáculo, donde han pedido protagonismo las escapadas de David De la Cruz (Astana), las arrancadas de Marc Soler (UAE), la lucha de Guillaume Martin (Cofidis) por vestirse con el maillot rojo, la victoria entre flashes de Ciccone en lo alto de Vallter y la velocidad punta de Groves para llevarse dos sprints, pero lo mejor y casi lo único ha sido la belleza al manillar en una lucha sin fin entre Evenepoel y Roglic. Un toma y daca de dos genios sobre los pedales, dos bestias que asumieron la Volta como la mejor de las preparaciones para el Giro, su gran objetivo del curso.
CLASIFICACIONES
7ª Etapa
Barcelona – Barcelona (136 km)
1. R. Evenepoel (Bélgica/Quick-Step) 2h 59m 24s
2. P. Roglic (Eslovenia/Jumbo) mt.
3. Marc Soler (UAE) a 53s
4. Corbin Strong (N. Zelanda/Israel) a 58s
5. G. Ciccone (Italia/Trek-Segafredo) a 58s
6. A. Lorentz Kron (Dinamarca/Lotto) a 58s
7. Mikel Landa (Bahrain) a 58s
GENERAL
1. P. Roglic (Eslovenia/Jumbo) 28h 19m 10s
2. R. Evenepoel (Bélgica/Quick-Step) a 6s
3. J. Almeida (Portugal/UAE) a 2m 11s
4. Marc Soler (UAE) a 2m 49s
5. Mikel Landa (Bahrain) a 2m 59s
6. M. Woods (Canadá/Israel) a 3m 3s
7. G. Ciccone (Italia/Trek-Segafredo) a 3m 6s
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