Economía
El reto de la sostenibilidad en las ciudades del futuro

Vivimos en un mundo cada vez más urbano. De los más de 7.800 millones de habitantes que hay en el planeta, un 55% reside en ciudades con más de 300.00 personas. El salto ha sido enorme. En 1900 solo un 13% de la población vivía en ellas. Y la cifra continuará creciendo. Para 2050 está previsto que la población se dispare hasta los 10.000 millones de personas, donde 7 de cada 10 compartirá una jungla de asalto. Así que la manera en la que se gestionen estos núcleos, los ya forjados y los que están por venir, será fundamental para mantener la salud de la Tierra. Porque es en estas zonas donde se genera el 70% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y allí mismo se consumen dos tercios de la demanda de energía primaria. El reto pasa por administrar la movilidad, las infraestructuras y los residuos, pero también la eficiencia energética de los edificios.
Los inmuebles (viviendas, lugares de trabajo, escuelas, hospitales, bibliotecas u otros edificios públicos) representan más del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea (UE), por lo que reducirlas es crucial para lograr la neutralidad climática en los próximos años. “Es el sector más importante, en términos de emisiones, por encima del industrial”, dijo Andrés Pan de Soraluce, CEO de la división inmobiliaria de Acciona. Gran parte de estos edificios son ineficientes. El 75% del parque inmobiliario de la UE malgasta energía, según la Comisión Europea. “El gran reto es cómo regeneramos lo que ya está construido, cómo vivimos y dónde vivimos”, afirmó Pan de Soraluce, el lunes pasado en Madrid, durante un encuentro organizado por EL PAÍS y Acciona.
En España, de las más de 25,2 millones de casas, unas 9,3 millones necesitan reformarse para generar un ahorro energético. “No estamos hablando de llegar a un nivel A [la mayor categoría de eficiencia], porque en ese caso, todas viviendas estarían en ese proceso. De lo que hablamos es de lograr una eficiencia, aunque sea mínima”, resaltó David Lucas, secretario general de Agenda Urbana y Vivienda. En encuentro, titulado Soluciones inmobiliarias sostenibles para la regeneración urbana, Lucas explicó que gracias a los fondos europeos Next Generation, se logrará hacer frente a este desafío y rehabilitar los hogares y edificios del país. El objetivo es multiplicar por 10 el número de intervenciones. Es decir, pasar de 31.100 anuales que hay ahora a 300.000 para 2030. Y para lograrlo, se han destinado casi 8.000 millones de euros entre subvenciones directas, avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y deducciones en el impuesto sobre la renta de las personas físicas.
Las rehabilitaciones del parque inmobiliario en España (con una media de 45 años de antigüedad) hacían frente, hasta hace no mucho, a diversos cuellos de botella. Por un lado, las actuaciones en las comunidades de vecinos tenían que aprobarse por dos tercios de los propietarios. Pero esto ha cambiado en 2021 con la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, que establece un régimen de mayoría simple para la realización de tales obras, expuso Lucas. Un segundo obstáculo que se ha eliminado tiene que ver con el acceso a la financiación. “Muchas propiedades no tenían quien las avalara para acceder a los créditos de las entidades financieras. Esto se ha resuelto con los avales ICO”, aseveró el representante del Gobierno. A todo ello se han añadido una serie de apoyos fiscales.

“Si hablamos de rehabilitación y regeneración, creo que sería imprescindible que desde las administraciones pudiéramos tener una mejor coordinación en la gestión de los fondos”, dijo José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, durante su turno de intervención. El político explicó que al ser tres las administraciones (el Gobierno central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos) en el reparto de los fondos europeos, en algunas ocasiones se complica la entrega final de las ayudas por los trámites internos que se tienen que cumplir. También indicó que se tiene que hacer un mayor esfuerzo en comunicar todos los apoyos que hay para la regeneración de los inmuebles, pues a veces los programas pasan desapercibidos por las comunidades de vecinos. “Madrid tiene 21 distritos y 131 barrios y tiene muchísimas posibilidades todavía de mejora”, recalcó.
En este cambio que están viviendo las ciudades, Martínez-Almeida subrayó que hay que cuidar el legado histórico que tienen los edificios de la ciudad. “Patrimonio que se pierde, patrimonio que nunca se recupera”, agregó. Para Mercedes Díez, socia fundadora de CREAR Regeneración Urbana, este momento, con un maná de fondos europeos, es único. “Una de las grandes oportunidades que tenemos ahora es la rehabilitación de la arquitectura del siglo XX, que es el momento en el que más se ha construido”, explicó durante su turno. La experta ha puesto el foco en el cuidado y mantenimiento del encanto del parque inmobiliario. “Se ha hablado mucho de certificaciones energéticas, pero no se ha hablado de arquitectura ni de belleza ni de identidad europea… se está descuidando”, comentó. Sobre los recursos provenientes de Europa, la experta dijo que serán insuficientes para acometer el desafío que el continente, con la edificación más antigua del mundo, requiere. “Lo más importante es ponernos en marcha”, subrayó Eugenia del Río Villar, tesorera del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). “Los arquitectos tenemos muchas ganas de trabajar. Hay que coger los fondos y dárselos a las personas”. “Estamos en un momento apasionante, de grandes retos… necesitamos ciudades resilientes, regenerativas que pongan a las personas en el centro”, agregó Teresa Joven, gerente de arquitectura y proyectos de la división inmobiliaria de Acciona.

“Tenemos treinta años por delante y tenemos que agilizar los procesos y para eso hacen falta cambios normativos”, abundó Asunción Rodríguez Montejano, fundadora y consejera delegada de Urbanalibi y cofundadora y partner de Agrega. Después de años de crecimiento en el parque inmobiliario, ahora vivimos un momento de renovación, mencionó Alicia Regodón, analista sénior en Sostenibilidad y Resiliencia en Unops (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos). Y esta ola tiene que incluir a todos. “Tiene que ser accesible para nuestros ciudadanos”, zanjó Regodón en el encuentro que fue dirigido por Marta González Novo, directora de Hoy por hoy Madrid de Cadena SER.
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Economía
La economía española creció un 5,5% en 2022, sostenida por el consumo y el sector exterior

Resumir el ejercicio económico 2022 en una frase es difícil: fue el año del comienzo de la guerra de Ucrania; de la crisis energética; de los cuellos de botella en la cadena de suministros; de la inflación desbocada o del fin del dinero gratis. Sin embargo, y a pesar de todo esto, la economía española acabó superando buena parte de los pronósticos y creció un 5,5%, sostenida por el consumo y el sector exterior. Con todo, la economía sigue sin recuperar el volúmen de antes de la pandemia. Así lo ha confirmado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ya había adelantado este dato a finales de enero, pero que ha recortado una décima la variación interanual del último trimestre (2,6%).
La evolución por trimestres refleja bien lo que fue 2022 para la economía española. Tras un crecimiento robusto en los dos primeros trimestres ―impulsados por el fin de las restricciones y el retorno del turismo―, la segunda mitad fue de desaceleración: el PIB pasó de crecer un 2,2% entre abril y junio a un 0,2% entre julio y septiembre. Este ligero avance se repitió en los últimos tres meses del año (+0,2%), confirmando así la desaceleración económica.
En el último trimestre todos los pronósticos se tornaban negros: servicios de estudios e instituciones como el Banco de España advertían de que una recesión técnica ―dos trimestres consecutivos en rojo― se cernía sobre la economía española a principios de 2023. Sin embargo, el aterrizaje está siendo más suave de los esperado. Son varios los factores lo han evitado: en primer lugar, la resistencia del consumo, propiciada por el ahorro y un mercado laboral que aguanta. Además, la energía, uno de los principales dolores de cabeza del año, se abarató hacia finales de año, influida por las suaves temperaturas y la poca demanda china. A lo que se suman la mejora de los cuellos de botella en el comercio global y una fuerte contribución del sector exterior español.
Consumo y sector exterior
El colchón de ahorro acumulado en la pandemia y un mercado laboral robusto han sostenido el consumo a pesar de la inflación. Con un un Índice de Precios al Consumo (IPC) que creció de media un 8,4%, el consumo privado fue menguando conforme avanzaba 2022: mientras que en el tercer trimestre se mantuvo fuerte, en los tres últimos meses del año, confirman ahora los datos del INE, se hundió un 1,8% trimestral. Sin embargo, este batacazo ha sido en parte compensado por un importante avance del consumo público, del 1,9% ―que avanzaba ya el inicio de un año electoral, donde el gasto público suele dispararse―, y por una caída de las importaciones del 4,2%.
El sector exterior ha sido uno de los motores económicos del ejercicio: la balanza por cuenta corriente —que incluye el comercio de bienes y servicios y las rentas— exhibió un superávit con el exterior de unos 11.800 millones en 2022. Con todo, las exportaciones sufrieron una variación similar al resto de la economía a lo largo del año. Tras unos primeros seis meses de avances notables ―entre abril y junio aumentaron un 4,6%, dos décimas menos de lo que avanzó el INE en enero―, las ventas al exterior se resintieron del enfriamiento general en la segunda parte del año: en el tercer trimestre apenas avanzaron un 0,3% (una décima menos de lo adelantado por el INE), y en los últimos tres meses se contrajeron (-1,1%).
Contabilizado en euros, el PIB de España en 2022 fue de 1,327 billones, un 10% más que en 2021 debido en gran parte a la inflación. El INE ha revisado esta cifra a la baja, pues en enero avanzaba 1,328 billones. Por sectores, destacan los retrocesos trimestrales de la construcción, del 0,3% en el último tramo del año, y del comercio, transporte y hostelería, del 0,7%. Por el contrario, aguantan bien las comunicaciones, las actividades inmobiliarias y profesionales y la administración pública, educación y sanidad. Estas últimas han tenido unos incrementos del empleo público muy elevados en un último trimestre del año ya influido por la proximidad de elecciones.
El INE confirma también que el empleo en horas trabajadas se contrajo entre octubre y diciembre un 0,1% trimestral, como ya había adelantado. En términos interanuales, sin embargo, la balanza anual en términos de empleo es positiva: las horas trabajadas aumentan un 2,7% respecto a 2021 y el año terminó con 386.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo más. La inversión, por su parte, protagonizó una primera parte del año de grandes avances, pero cayó un 3,8% en los últimos tres meses ante la elevada incertidumbre y a pesar del impulso que debían haberle imprimido los fondos europeos a la economía en la recta final del año.
Cerrado oficialmente el 2022, todos los pronósticos que en octubre se revisaban a la baja el desempeño de la economía española se han dado la vuelta: el viernes pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aumentó su previsión de crecimiento para el 2023 hasta el 1,7%. El Banco de España mejoró la suya hasta el 1,6% este miércoles, frente al 1,3% que preveía en diciembre. El mismo día, el panel del think tank Funcas hizo lo propio, y estima que la economía española crecerá un 1,5% este año. Aun con las revisiones al alza, todos se mantienen lejos del aumento del 2,1% recogido por el Gobierno en los Presupuestos.
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Economía
Las tres casas de la semana: de la cama a la piscina interior en La Moraleja por 6,5 millones

Casa en La Moraleja de 1.000 metros construidos
El ocio y el disfrute son una parte esencial en esta vivienda unifamiliar. De hecho, esta zona está separada del resto de la casa. Ambos volúmenes, con puertas independientes, se unen a través de un porche que conecta el dormitorio principal con la piscina interior, el gimnasio y la sauna. Así se presenta esta vivienda construida en 2003 y actualizada recientemente que se localiza en la exclusiva urbanización madrileña de La Moraleja, morada de deportistas, empresarios y artistas de alto poder adquisitivo. En sus 1.000 metros de superficie construida se hallan seis dormitorios con baño y dos piscinas, una interior y otra exterior, que comparten el mismo plano visual. La casa, con placas solares en su cubierta y orientación sur, se distribuye en dos plantas principales y un semisótano.
Al entrar en el interior del inmueble aparece un recibidor que conduce hasta un salón de doble altura y otras estancias: comedor independiente, tres suites (incluida la principal, con un importante vestidor), sala de estar (que comparten los dos dormitorios de niños), aseo de invitados, cocina y zona de lavandería con entrada para el servicio. La planta superior, dominada por un lucernario, tiene 150 metros cuadrados destinados a cualquier uso. Aquí hay un dormitorio con baño y vestidor. El nivel inferior cuenta con una sala diáfana de unos 190 metros cuadrados que dispone de una pequeña cocina, aseo, un dormitorio de invitados y otro de servicio. La arquitectura del espacio anexo dedicado al ocio y al ejercicio es idéntica a la de la casa principal. La parcela, totalmente llana, que suma algo más de 2.500 metros cuadrados, dispone de jardín y un pozo. El aparcamiento tiene capacidad para cinco vehículos.
Situación: Alcobendas (Madrid)
Superficie: Parcela de 2.500 metros cuadrados y 1.000 construidos
Estado: Bueno
Precio: 6,55 millones de euros
Teléfono: 916 50 42 42
Viñas gestionadas por Macià Batle
Más de tres hectáreas de parcela alojan esta propiedad singular, emplazada en Santa Maria del Camí, una localidad de la parte central de la isla de Mallorca. En ese extenso terreno se dispone un amplio viñedo gestionado por Macià Batle, una bodega familiar que desde 1856 elabora vinos en esta zona. De aquí obtienen sus botellas cada año. La villa principal se distribuye en dos plantas más el sótano y comprende tres dormitorios más un despacho, cocina y salón con chimenea, entre otras estancias. Se conecta a través de un patio al apartamento de invitados, que cuenta con dos dormitorios, cocina y baño. También dispone de un amplio sótano con bodega, una sala de cine y sauna. En el exterior, todo el protagonismo se lo llevan la piscina y una zona cubierta de barbacoa y chill out. La propiedad balear, que fue construida en el año 2015, tiene vistas a la montaña.
Situación: Santa Maria del Camí (Mallorca)
Superficie: Parcela de 3,18 hectáreas y 885 metros construidos
Estado: Bueno
Precio: 7,95 millones de euros
Teléfono: 971 62 16 29
Cuatro edificios y un jardín tropical
La finca en venta es del año 1940 y ha sido rehabilitada por completo. Se sitúa en un enclave tranquilo de la localidad de Elche, a unos cinco minutos del aeropuerto de Alicante y de las playas de la Costa Blanca. La propiedad, que pertenece a la urbanización de Torre Azul, se organiza en torno a cuatro edificaciones: casa principal, inmueble para eventos y celebraciones, gimnasio con sauna y un espacio con cocina y horno de leña. La casa principal dispone de siete suites, salón, cocina, zona de lavadero y una bodega dispuesta en la planta sótano. Todos los techos de la vivienda tienen más de cuatro metros de altura. La propiedad, que suma una parcela de 10.000 metros cuadrados, luce una piscina rodeada de un jardín tropical en el que priman las palmeras. También existe un jacuzzi para 12 personas.
Situación: Elche (Alicante)
Superficie: Parcela de 10.000 metros cuadrados y 1.200 construidos
Estado: Bueno
Precio: 1,9 millones de euros
Teléfono: 966 28 70 70
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Economía
Beneficiados y perjudicados por la reforma de las pensiones

La reforma de las pensiones diseñada por el Ministerio de Seguridad Social pretende aumentar las prestaciones sin poner en riesgo la sostenibilidad del sistema. Dos ambiciones intrínsecamente enfrentadas, que el ministro José Luis Escrivá ha maridado con un aumento de los ingresos derivado de la subida de cotizaciones. Entre las modificaciones que proyectan una mejoría de las pensiones está la posibilidad de ampliar el periodo de cómputo —los años que se toman como referencia para calcular la pensión— de 25 a 29, retirando los dos peores y eligiendo los 27 con mayores cotizaciones. O quedarse con los últimos 25, como sucedía hasta ahora.
Un horizonte más amplio beneficiará a aquellos trabajadores con carreras irregulares, en palabras de Escrivá. Sin embargo, el impacto puede no ser relevante para otros perfiles con carreras más estables. EL PAÍS ha consultado a distintos tipos de trabajadores próximos a la jubilación cómo creen que puede afectarles los cambios del nuevo marco legislativo.
Un autónomo: “Deberían contemplarse todos mis años cotizados y no los últimos”
La pensión de jubilación media de un autónomo es 600 euros más baja que la de un asalariado. Entre otras razones, porque el 80% de ellos cotiza por la base mínima. Con estas dos variables sobre la mesa, el Ministerio de Seguridad Social aprobó —tras recibir el visto bueno de las principales organizaciones de autónomos—, un sistema de cotización basado en los ingresos reales con el que se busca una mejor cobertura al terminar la vida laboral. Según ha defendido el ministro Escrivá, dos de cada tres miembros de este colectivo se va a beneficiar del nuevo marco y tendrán una pensión mayor.
Francisco Gordillo cumplirá 64 años en junio después de toda una vida como trabajador por cuenta propia. “En febrero sumé 39 años cotizados”, reconoce. Tiene una tienda de fruta, pescado y carne en Sevilla, en un local que comparte con otros dos autónomos. Ha trabajado ininterrumpidamente, por lo que no tiene lagunas de cotización —los periodos en los que una persona no ha aportado a la Seguridad Social, por encontrarse, por ejemplo, en situación de desempleo—, aunque ha ido variando su base de cotización: “Hasta que llegué a los 50 años estuve pagando la mínima, que entonces era de 800 euros. Después la subí a los 1.200″.
Gordillo es crítico con la reforma: “Está mal hecha, porque lo que debería contemplarse es toda la vida laboral de una persona, y no sus últimos 25 o 29 años”. Y se explica: “Una persona que haya trabajado hasta los 55 años y de repente se quede sin empleo, se encuentra en una edad muy mala para encontrar otro trabajo y ve cómo le quedan diez años por delante, que va a tener muy difícil cubrir, y la pensión con la que va a vivir el resto de su vida se le va a recortar”. Los críticos con este planteamiento señalan que incluir en el cálculo los primeros años de la vida laboral, cuando los salarios suelen ser inferiores, repercute en una menor pensión.
Un ‘baby boomer’ con carrera estable: “No cambia mi situación”
Francisco Javier Goicoechea tiene 65 años recién cumplidos, 42 cotizados y, de momento, poca intención de jubilarse. La vida laboral de este ingeniero navarro afincado en Madrid es un ejemplo idílico de cómo ha desarrollado su carrera buena parte de su generación, la de los baby boomers —aquellos nacidos entre 1946 y 1964—, cuyo retiro pondrá en tensión el sistema de pensiones por tratarse de una hornada numerosa y con prestaciones elevadas: “No he dejado de trabajar desde que salí de la universidad”. Y, aunque su empresa ha ido sufriendo cambios societarios, su empleador ha sido el mismo.
La reforma afectará a su cotización en los años que le quedan, pero no a su pensión: con el aumento de las bases máximas, su empresa pagará más impuestos por él lo que le quede de vida laboral. “A mí no me cambia nada”, reconoce. No ha tenido periodos de inactividad en su carrera y tendrá derecho a la pensión máxima cuando se jubile. Esto, cuenta, lo hará en “en principio en tres años”, y está al tanto de que por cada año de más su pensión se incrementará un 4%. Aunque le beneficiaría, no está de acuerdo con que esta se revalorice al mismo ritmo que las más bajas: “No me parece sostenible. Mantendría la revisión al IPC solo para las menores o aumentaría el periodo requerido de cotización”.
Una trayectoria irregular: “Tendré que trabajar todos los años que pueda para mejorar mi pensión”

“La última vez que comprobé cuánto me correspondería de pensión casi me entra una depresión y no he vuelto a mirarlo”, cuenta Yolanda Babiecki (Madrid, 65 años). Geóloga de carrera, ha hecho “de todo” en la vida: al salir de la universidad, y tras varios empleos en el mundo de la arqueología, estuvo trabajando como profesora ayudante mientras preparaba su tesis doctoral. No llegó a acabarla porque decidió dedicarse a tiempo completo a la educación de sus hijos. Desde entonces, ha ido alternando trabajos puntuales como profesora en academias o para empresas, con contratos por cuenta ajena pero temporales. También ha asesorado en materias de medioambiente a empresas como autónoma.
Ahora es profesora de jardinería como docente de la Comunidad de Madrid, y las cuentas no le salen: tiene 22 años cotizados, de los cuales menos de diez han sido como asalariada. Todo lo demás ha sido como autónoma, y alternando épocas sin trabajo. “Voy a seguir trabajando todo lo que pueda, porque estoy bien de salud y además lo necesito para mejorar mi pensión”. De la reforma, lo que más le afecta es el plus de 30 euros que recibiría por cada uno de sus cuatro hijos. Lo que sí defiende es que hay que retrasar la jubilación: “No queda más remedio”.
Un fijo discontinuo: “Va a mejorar la pensión de las mujeres con este contrato”

Uno de los contratos estrella de la reforma laboral es el del fijo discontinuo, diseñado para cubrir actividades estacionales y sustituir al temporal. Se trata de una modalidad en la que el trabajador tiene garantizado el empleo durante un tiempo determinado al año, y el empresario la obligación de llamarlo cuando den comienzo estas campañas. También ofrece una mayor indemnización en caso de despido. El empleado, por su parte, cotiza mientras esté en situación de actividad, y durante el periodo de inactividad cobra la prestación por desempleo. Cuando no reciba paro, no aportará nada al sistema, y comenzará a acumular lagunas.
Antonio Ferro, de 60 años, firmó hace dos meses un contrato de este tipo. Hasta ese momento venía siendo indefinido, pero ha acordado permanecer así durante cuatro años en la empresa donde trabaja, una cadena hotelera con presencia en Lloret de Mar (Girona), y después volver a ser fijo. Además, suma 42 años cotizados, por lo que la jubilación se le antoja próxima. En su condición de secretario general de la Federación de Servicios de CC OO de Girona, está al tanto de los beneficios que aporta el nuevo marco, especialmente sobre las mujeres. “En zonas como la Costa Brava, donde se trabaja cada vez menos meses, hay muchas mujeres que por no tener los años de cotización necesarios cobran pensiones no contributivas, y estas se van a incrementar en un 20% y es algo importantísimo. Va a suponerles una gran mejora”, detalla. “Además, son las que se cogen, por lo general, más reducciones de jornada, y con la reforma se les va a cubrir hasta tres años la base de cotización como si estuvieran a jornada completa”, añade.
Un funcionario: “A mí no me afecta”

Santiago Collado se jubiló el año pasado. Lo hizo con 64 años, y después de haber estado durante los últimos 39 dando clase en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad del País Vasco de San Sebastián. “A mí esta reforma no me afecta”, asegura, por su condición de profesor universitario de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. ¿El motivo? Ha cotizado como funcionario en el régimen de clases pasivas —en el que se encuentran alrededor de 670.000 personas—, que es distinto al de los trabajadores del sector privado, y que, por ejemplo, permite retirarse a los 60 años con la pensión máxima si se acreditan 30 años cotizados.
Además de no afectarle por estar ya jubilado, los trabajadores públicos cuentan con una tabla de edad diferente para poder retirarse: a los funcionarios sujetos al Régimen de Clases Pasivas, la jubilación o retiro forzoso se les declara de oficio a los 65 años; excepto a los profesores universitarios, magistrados, jueces, fiscales, secretarios judiciales y registradores de la propiedad, para los que se prolonga hasta los 70.
“El aumento del número de años puede beneficiar puntualmente a algunas personas, pero en términos generales el impacto va a ser limitado”, reflexiona. De hecho, el problema principal, según él, va a permanecer a pesar de los cambios acordados: “El número de pensionistas va a ser cada vez mayor, y sus pensiones más altas. ¿Cómo se va a financiar eso?”. Junto con esta variable, a su juicio no resuelta, Collado también afea el modo en el que se ha aprobado una reforma de este calado. “La forma de hacerlo ha sido muy apresurada. Se han puesto las pilas a última hora y han existido elementos políticos que han condicionado lo que debería ser un pacto global”, sentencia.
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